A veces, cuando empezamos a desarrollar nuestro proyecto web, necesitamos utilizar funciones o características avanzadas que no podemos ejecutar en condiciones normales. Ya sea por el lenguaje utilizado o por nuestra cuenta de hosting, nos vemos muy limitados al no poder ser más específicos en nuestras programaciones.
Es ahí, exactamente, donde entran en acción los ficheros .htaccess. Estos archivos, exclusivos del sistema operativo Linux, nos dan la posibilidad de ejecutar acciones que de otra forma no podríamos. Sin embargo, también es recomendable tener mucho cuidado con este tipo de ficheros, ya que podemos provocar algún problema en nuestra página web.
En primer lugar, debemos saber que .htaccess es un fichero oculto del sistema operativo. Hay que tener en cuenta que, en muchas ocasiones, no veremos este archivo en nuestra cuenta, por lo que deberemos buscarlo manualmente. Además, en el caso de que comprimamos la carpeta o que, incluso, realizamos alguna operación de administración, podríamos llegar a tener que poner algún comando adicional.
A partir de ahí, podemos ejecutar una infinidad de funciones y características: Desde ajustar la prioridad de los ficheros hasta cambiar URLs por otras más legibles y cómodas para los buscadores.
Un ejemplo: Imaginemos que queremos ocultar algunos ficheros de una carpeta. Solo tendremos que poner un fichero .htaccess en esa carpeta, que incluya el siguiente código:
Deny from all
Otro ejemplo válido sería la posibilidad de impedir el hotlinking desde otras URLs externas a la nuestra. Para ello, deberíamos poner el siguiente código:
RewriteEngine on
RewriteCond %{HTTP_REFERER} nuestrodominio\.com [NC,OR]
RewriteCond %{HTTP_REFERER} otrodominio\.com
RewriteRule .* - [F]
Nuestra recomendación es que le echéis un vistazo a algún tutorial o manual para poder aprender las funciones más avanzadas del sistema. Creédnos si os decimos que la utilidad de los ficheros .htaccess es muy grande.